lunes, 9 de noviembre de 2009
Se humedecen las palabras,
pálidas, sedientas de pasión.
Como lágrimas,
por tu vientre
recorro lo inestable.
¡qué delicia volar!
sólo vos y yo,
tu niña y yo
mi niña y yo.
Por lo inalcanzable nos elevamos.
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