miércoles, 1 de septiembre de 2010

(84)



¡Qué fortaleza! ¡¡qué mujer!! Tengo una admiración enorme hacia vos, no puedo imaginar la profundidad de tu dolor y allí estás apuntalandonos a todos. Buscando el Sol entre tanta sombra, porque siempre fuiste la risa que se dispersaba por todo el ph, la de los locros más ricos, quien me ayudo en cada disfraz de colegio, la tía con las mascotas más raras y divertidas, la que nos enseña a volar, a imaginar sin restricciones. Quien me lleno de amor, como ese ser que pronto va a volver a llenar los silencios con música, camiones de bomberos, inocencia y alfajores. Vamos, que ésto es tan sólo un mal trance.
Su vizcacha.