Antes era niña y escribía muy mal. Ahora dicen que soy adulta y sigo escribiendo muy mal (peor) Quiero tener arrugas y canas para padecerme de mí, como un abuelo a un nieto y llegar a la conclusión que hice lo mejor que pude.
Infancia condena , algunas mañanas de cristal y dulces. Otras punzante dolor … -
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Y cree que uno exagera, eso dicen todos los demás. Es tan fácil hablar, me es tan fácil… parte del aire lo que cada uno ( des)-conoce del otro. Pero no es común que tenga esta rabia, estos pensamientos tan oscuros, ganas de salir corriendo.
El miedo conquista esos no-lugares que me repito no-existir. La misma desfigura una y otra vez se oculta en mi almohada. Inútil; Toda ilusión sombría es mi hija; semejante monstruosidad, tan pequeña y tan llena.
Mucha veces, tantas lunas han visto el presagio del ocaso del azul. No puedo dormir, no puedo dejarme estar con tanto fantasma jugando a nuestro alrededor. (Somos juguetes, amor)
¿Mi débil cuerpo podrá batallar con tanta noche desconocida? A veces creo que es mejor correr, lo intento, dejar todo atrás A vos también.
Fantasmas que invaden lo conocido para vos lo indecible para mí.
Se refleja el color del sol que tímidamente se filtra por los rincones que quedaron desnudos de la madera, y yo me quedé viendo tu imagen cinética, acompañando la nocturna con tu melodiosa voz. Hace unos días estuvimos juntos, no creo que lo hayas percibido estás muy cansado pero no creo que lejos de aquí. No creas que te rechacé, estaba cohibida. Tantas veces te soñé, te pensé, estuviste en mis días y noches. ¿Sabes que no caía? Me mentía desconfiando de todos, hasta que un día mi cuerpo estrelló en el suelo y no hubo más que un sonido de desconsuelo, de vacío; pero no quiero hablar de ésto, lo que suceda en mí poco me interesa. Pero te pensé, ese encuentro lo deseé, le temí, pero más lo deseé. No sé como imaginaba encontrarte, soñaba con ver tus ojos cielos abiertos (nos prohibís ese mimo a todos, que te esperamos)...
Anhelo que en tu profundo sueño como una leve brisa hayas sentido mi energía. ¡Despertate! el Sol ya entro por completo.
Del
miércoles, 7 de diciembre de 2011
Escribir es como ir tirándose al precipicio con los ojos abiertos y sentir cómo el viento se cuela por tu cráneo. Te asfixias de aire. Los ojos presionan hacia adentro, porque no te quedas a medias y decidís caer como una bala en vertical, que estrelle la cabeza sobre el vacío. Esa caja, con todos los recuerdos azules, los rincones sombríos, las ideas utópicas, lo que se quedó en el tintero, el tren que deseabas correr y no lo hiciste... que eso se desparrame, un enchastre de vos.
Pero implícitamente consciente sabes de la cama saltarina, y todo vuelve a ser....
Hoy perdí las llaves, me di cuenta al llegar. Volví a donde quizás podrían haber quedado. Mientras iba pensaba que entre mis llaves estaban tus llaves. Entré y pregunté, nadie había encontrado unas llaves con un llavero rosa con forma de corazón.
Caminaba hacia casa, llegando a la idea que era una señal; que ya no tengo tus llaves. Que las puertas se cierran, Un presagio.
Revolví por última vez mi cartera, tiré todo sobre la cama. Cayeron apuntes, lapiceras, el cuadernillo de la infancia, monedas, y papeles de chicles. Estaba confirmándose mi adivinación. Cuando dentro del forro de la cartera estaban escondidas, silenciosas, tus llaves que forman parte de mis llaves.
Y caí en que definitivamente no me puedo escapar, las cosas dependen de mí.
Detenerse en cualquier lugar, es recomendado en el sitio más alto. Mirar fijamente, no pestañear, inhalar profundamente hasta inflarse como un globo. Levantar la mirada; y soplarle las penas al cielo. Él todo lo lleva...