Te comprimo para al dejarte ir quedarme con algo de vos en mí.
Tus brazos son fuegos azules
que me cubren,
complacida y frágil bajo la guardia
para que me invadas.
Como miel
se desparrama
por
un agrietado cuerpo.
Crisálida de
delicioso,
biológico,
esencial,
lenguaje indecible.
Cierro los ojos desnudos,
siento mi alma fundirse con la tuya,
musicalmente muere la que fui.
Ahora me devuelve otro reflejo el espejo.
Más
pura
y
abierta
para volver a caer,
y se va en cada hora mágica.
(al jardín, el centro, a vos)