Me lo predijo
el horóscopo semanal,
y un viernes otoñal
nos encontramos.
Sobre un colchón
de hojas sepias,
nos abrazamos
y vimos el tiempo correr.
Mudamos de piel
una y mil veces,
abandonamos las apariencias,
el caparazón
que no dejaba
al corazón respirar...
(05-04-08)
miércoles, 30 de julio de 2008
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