Abrirse a la la espera de algo mágico,
a la espera de una tempestad
que acelere tu ritmo cardiaco
que despeine tu cabellera.
Con el deseo de sentir un dulce dolor
un amargo sabor que despierte tus sentidos.
Abrirse a nuevas sensaciones,
nuevas miradas de el mismo reflejo.
El deseo de pedir más, de querer más
la ambición de querer sentir éxtasis, euforia.
son sólo deseos
viernes, 15 de agosto de 2008
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