viernes, 10 de agosto de 2012

Bajo la caída de cada sol,
en el desparramo de fósiles de hojas en abril,
cada instante en que mis párpados se abren,
como ventanas, enormes, blancas y húmedas,
en las escaleras interminables en tu pared,
infinitos ochos nacen y perecen,
y tu presencia me susurra,
me acaricia,
palabras que se funden,
me abrigan,
melodía onírica,
mantita de vos,
que enchastra desde mi primer respiro.

te cuido, te beso hasta descostillarte el alma.
tu hija.


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