Las luciérnagas se encandilan con su destello de vida reflejándose en la laguna, donde inmersa y minúscula sumerjo mis raíces verdes. Soy
blanca, y viajo en el tiempo, que se diluye en el pestañeo de lo esencial. Sitio
borroso, los jacintos se esparcen entre los destellos cada vez más táctiles, a ciegas se encuentran con el
mañana.
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